La representación del episodio bíblico mencionado se representa en Mancor desde 1945. Inicialmente se utilizaba un animal disecado, pero desde 1980 se sirven de un animal vivo. El primero fue ‘Rasputín’, que protagonizó la bajada hasta 2012. En la imagen, el cuervo Jeroni. | Antoni Pol

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El cuervo ‘Jeroni’, que ya ha alcanzado los siete años de edad, volvió a erigirse ayer en protagonista de la fiesta de Sant Antoni en Mancor de la Vall al bajar volando del campanario y entregar –simbólicamente– un pedazo de pan a los santos Pau y Antoni, que lo esperaban en la plaza.

Mancor celebra esta tradición desde el año 1945, tal y como se recordó antes de que el cuervo iniciara el descenso. La representación recuerda un episodio según el cual Sant Antoni fue al desierto al encuentro de Sant Pau. Estando en una cueva, un cuervo se les acercó con un pedazo de pan e impidió que los dos barbudos murieran de inanición.

El vuelo que ‘Jeroni’ trazó este año apenas duró unos segundos. Parecía que el cuervo se dirigía inicialmente hacia la casa consistorial, pero mientras descendía viró para ir a parar a su cuidador, que enseguida lo recompensó con algo de comida. A continuación, saludó –digámoslo así– a los dos santos, que atendían su llegada refugiados en una frondosa barraca cubierta de ramas de pino, en un extremo de la plaza. Luego, el capellán bendijo al animal. Cientos de personas presenciaron la escena.

Historia
La representación del episodio bíblico mencionado se representa en Mancor desde 1945. Inicialmente se utilizaba un animal disecado, pero desde 1980 se sirven de un animal vivo. El primero fue ‘Rasputín’, que protagonizó la bajada hasta 2012.

Organizaciones animalistas protestaban entonces al considerar que el animal –‘Rasputín’ no volabra libremente– sufría. La solución pasó por incorporar un cuervo perfectamente adiestrado. Hasta la fecha, ‘Jeroni’ ha respondido a las expectativas.