La segunda fase de la exhumación de Porreres es prioritaria y se coordinará para aprovechar la presencia de especialistas capacitados para intervenir en los pozos de Son Lluís y s’Àguila. | Joan Socies

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El Pla d’Actuació de Fosses para 2018 contempla la exhumación de ocho fosas y dos pozos con víctimas de la Guerra Civil y la represión franquista en Llucmajor, Sencelles, Calvià, Marratxí, Alaró, Santa Maria, Deià, Porreres y Eivissa y la segunda fase de las obras de exhumación de las fosas de Porreres y Montuïri. Así lo anunció ayer la consellera de Cultura, Participació i Esports, Fanny Tur, durante su intervención en el debate parlamentario del Projecte de Llei de Pressuposts Generals de la Comunitat Autònoma de les Illes Balears.

Las intervenciones tienen un presupuesto previsto de 756.000 euros que se modificará al alza en caso de que una vez iniciados los trabajos así se requiera.

El plan de actuación acordado por la Comissió de la Llei de Foses contempla además que a lo largo de 2018 arqueólogos expertos certifiquen si las fosas de Manacor y Bunyola son viables. En caso de serlo se planteará su exhumación y en caso negativo se procederá a su señalización, catalogación y dignificación, creando un espacio de la memoria como ya ocurre en la fosa de Palma. Así lo explicó ayer la presidenta de la Comissió de la Llei de Fosses y presidenta de Memòria de Mallorca, Maria Antònia Oliver.

En Manacor y Bunyola, las fosas aparecen como no viables en el Mapa de Fosses de Mallorca. Fueron declaradas no viables siguiendo criterios históricos, pero no arqueológicos. Lo que se quiere ahora es tener la certeza científica sobre su posible viabilidad.

Para establecer el calendario de intervenciones en las fosas para 2018 se ha priorizado que sean fosas cuya viabilidad ha sido certificada o que se consideren viables en el Mapa de Fosses. Se prioriza que existan peticiones expresas de descendientes de primera generación vivos (es el caso de Porreres, Montuïri, Sencelles y Calvià), que existan peticiones expresas de familiares de segunda generación (es el caso de Marratxí, Deià y Eivissa) y que existan peticiones por parte de los ayuntamientos, representantes municipales o entidades o colectivos de víctimas (el primero es el caso de Alaró y Llucmajor y el segundo de Santa Maria). Por primera vez en 2018 está previsto intervenir en dos pozos, el de Son Lluís en Porreres (por petición expresa de la hija de una víctima) y el de s’Àguila en Llucmajor (por petición expresa de una nieta). La idea es aprovechar la presencia en la Isla de los especialistas que completarán la segunda fase de la exhumación de la fosa de Porreres (el proceso de contratación determinará si será o no Aranzadi) para intervenir en ambos pozos, ya que este tipo de exhumación requiere de una especialización avanzada.