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Reciclar tiene premio. La extensión el pasado mes de abril del sistema de bolsa roja (que penaliza la producción de residuos no reciclables) a cinco pueblos más del Raiguer ha supuesto un ahorro económico de más de 200.000 euros en sus primeros nueve meses de funcionamiento. Así se desprende del último informe técnico realizado por la Mancomunidad. Teniendo en cuenta que las tasas de basuras se calculan en base a los costes del servicio, el ahorro repercutirá directamente entre los vecinos.

De los once municipios que conforman la Mancomunitat del Raiguer solo nueve tienen la recogida selectiva mancomunada, ya que Inca y Marratxí (los de mayor población) gestionan por su cuenta los residuos.
Binissalem fue el primero en implantar la llamada bolsa roja en el año 2013. El sistema limita el volumen de residuos no reciclables que se pueden desechar castigando a los que menos reciclan, que deben comprar la bolsa de color rojo para poder deshacerse de sus residuos una vez agotan el cupo anual de bolsas que les corresponden como vecinos.

Bajada en el recibo

Binissalem recicla, cuatro años después de implantar la bolsa roja, un 82 por ciento de sus residuos. Tras su primer año de funcionamiento rebajó un 70 por ciento la generación de residuos no reciclables, aplicando una rebaja al recibo de las basura de un 5 por ciento.

El éxito del programa terminó por convencer a Alaró, Santa Maria, Búger, Mancor y Campanet, que en abril de 2017 se incorporaron a la iniciativa. Los municipios que estrenan ahora el sistema preveían rebajas en sus tasas de basura de entre un 5 y un 15 por ciento, que se confirman ahora. Los técnicos de la Mancomunitat constatan que «en el último año, gracias a la colaboración de los habitantes se ha producido una disminución de la cantidad de residuos no reciclables que se incineran y un aumento de los reciclables, lo que ha supuesto un ahorro económico de más de 200.000 euros respecto al año anterior.