La Darrera Fira llenó las calles de vida. En este evento, con muchos años de tradición, participan diferentes elementos: artesanía, gastronomía, agricultura, cultura, lo que la convierte en una cita multitudinaria. | Pilar Pellicer

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Es una de las ferias más tradicionales y concurridas de la Isla. Llucmajor se convirtió ayer en la capital del comercio y de la artesanía en la Darrera Fira, una cita ineludible en el calendario festivo que reúne, cada año, miles de personas para disfrutar de uno de los eventos festivos con más solera.

Fue una de las ferias más participativas de los últimos años gracias al buen tiempo y a una amplia oferta que, con el paso de los años, se ha convertido en el mejor escaparate para la promoción económica de los productos locales. Gastronomía, agricultura, tradición y modernidad, se conjugan para convertirse en una cita única.

Este año se cumple la XXXVIII Mostra Llucmajorera donde en una carpa, instalada por el consistorio, alrededor de 50 estands representantes del tejido empresarial y cultural del municipio exponían sus productos. Pequeñas y medianas empresas, comercios textiles, artesanales, de nuevas tecnologías y asociaciones culturales se dieron cita en esta muestra. Las calles principales, donde se ubicaron los tenderetes, quedaron abarrotadas de gente.

Recinto
Esta Darrera Fira se caracterizó por la diversidad de actividades que los visitantes pudieron disfrutar. En el recinto firal se pudo ver la ‘Mostra Ramadera y de Maquinaria agrícola’. A destacar también la exposición de cabra mallorquina; la XX Mostra de oveja de raza mallorquina Blanca y Roja y el XX Concurso morfológico de oveja mallorquina Roja, llevada a cabo por la Associació de Ramaders d’Ovella de Raça Mallorquina Roja.

Este año también hubo un espacio destacado para las mascotas, con diversas actividades que gustaron a grandes y pequeños como la demostración de obediencia canina, la demostración de cans de bestiar o el desfile de perros en adopción.

Los aficionados al arte pudieron disfrutar de una serie de exposiciones de pintura y fotografía caracterizada por su diversidad temática y técnica como las acuarelas del mallorquín Matías Mandilego (1919-1996) o las fotografías de la Agrupación Fotográfica de LLucmajor cuyo referente se centró este año en Llucmajor como pueblo.