Con la adjudicación del nuevo servicio, que ahora está parado, el Ajuntament de Inca tiene previsto habilitar cinco zonas de aportación de residuos y terminar con la mala imagen de vertidos incontrolados en diferentes puntos de la ciudad. | Antoni Pol

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La puesta en marcha del nuevo sistema de recogida de basuras que busca incrementar el reciclaje en la ciudad de Inca se retrasa, al menos, tres meses.

Aunque el Ajuntament aprobó la adjudicación del servicio a la empresa Lumsa-Amer e Hijos durante el pleno de julio, ahora la empresa Cespa ha presentado una alegación que se deberá resolver en un tribunal especial de contratación y que, por tanto, retrasa la adjudicación inminente del servicio. Con este contratiempo, la ciudad no podrá disponer de nuevos contenedores, nuevas áreas de aportación en las entradas de la ciudad ni poner en marcha el servicio de basura puerta a puerta tal y como está previsto en el pliego de condiciones que recoge las recomendaciones del plan de residuos que el Ajuntament d’Inca redactó a principios de esta legislatura con el objetivo de poner las pautas necesarias para mejorar el servicio e impulsar el reciclaje en la ciudad.

De hecho, en los resultados de dicho plan de residuos se contemplaba que la normativa europea fija en un 50% el reciclaje para el año 2020. Actualmente, Inca solo recicla el 10% y en el estudio se resaltaba que si la ciudad reciclara el 43% que ahora dicta la ley tendría un millón de beneficios sobre el servicio.

Desde el departamento de Servicios del Ajuntament de Inca lamentaron el retraso en la adjudicación del servicio y aseguraron que «es frustrante que después de dos años no se pueda adjudicar un servicio tan imprescindible como es la recogida de basuras».

Otro problema que tiene Inca y que es de difícil solución es la proliferación de puntos de vertidos incontrolados en la ciudad. En mayo, el Ajuntament cifró en 700 euros diarios el coste de retirar los vertidos incontrolados tanto en suelo urbano como en rústico.