Nada hacía pensar en el final de la fábrica de calzado George's hace ahora un año, cuando se tomó esta fotografía de la plantilla. | Pere Bota

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La histórica fábrica de calzado George’s, con sede en Inca, comunicó este jueves a sus trabajadores el cese de su actividad por falta de viabilidad económica. Hay cerca de 40 profesionales afectados que, a partir del lunes, comenzarán a negociar las condiciones del despido tras reunirse este viernes con los servicios jurídicos.

Jordi y Aurora Coll, hermanos y copropietarios del negocio, no respondieron durante el viernes a las llamadas de este periódico para explicar los motivos del cierre. La empresa comenzó su actividad en 1967 bajo la denominación de Calzados Jordi.

Los trabajadores explicaron que la causa del cierre es la «quiebra» por lo que temen, no solo perder sus puestos de trabajo, sino también dejar de cobrar la nómina de agosto (la de junio la cobraron con retraso) y que sus indemnizaciones puedan quedar en el aire. Aseguran que la empresa les ha dicho que necesita quince días para completar el papeleo, por lo que se prevé que la instalación cierre definitivamente sus puertas en septiembre.

Presidenta de AFACA

Se da la circunstancia de que Aurora Coll, copropietaria del negocio familiar que inició en 1967 su padre, Jordi Coll Morro, es también la presidenta de la Asociación de Fabricantes del Calzado (AFACA).

Martí Llull, director financiero de Lottusse y miembro de AFACA, aun sin confirmación oficial, mostró este viernes su preocupación y su tristeza: «La situación de dificultad del sector durante todos estos años es más que evidente. El cierre de empresas históricas es difícil de encajar, no solo desde el punto de vista de la pérdida de puestos de trabajo sino también de la posición de debilidad del sector», dijo. Llull destacó la «histórica implicación de la familia Coll, difícil de sustituir».

Respecto a la posibilidad de que otras fábricas del sector absorban parte de la mano de obra, recordó que aunque es pronto para saberlo, bajo la presidencia de Coll se había puesto en marcha un proyecto de formación para prevenir una falta de mano de obra especializada debido al envejecimiento de las plantillas de trabajadores.