La urbanización de Formentor en Pollença está calificada como suelo urbano desde 1990 a pesar de que tiene incompleta la dotación de servicios. | Elena Ballestero

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Los propietarios de la urbanización Formentor exigen al Ajuntament de Pollença que reactive la concesión de licencias de construcción en la zona. La actividad urbanística está paralizada desde que en el año 2005 se abrió el debate público sobre la conveniencia o no de limitar el impacto de las nuevas construcciones en una zona paisajística sensible, pero que está calificada como suelo urbano en la normativa.

La concesión de la licencia municipal de obras de Villa Cortina en el año 2005 derivó en un largo litigio judicial que, entre otros efectos colaterales, provocó en 2013 la suspensión de la normativa urbanística vigente hasta la fecha. El Tribunal Supremo confirmó la suspensión en mayo de 2015.

Así, actualmente, la normativa urbanística en vigor es la de 1990, mucho menos restrictiva que la anulada, que limitaba el volumen máximo de construcción por parcela a 2.100 metros cuadrados, suprimiendo además la posibilidad de tener una vivienda auxiliar. Para la concesión de nuevas licencias de obra en Formentor, se requiere de una dotación previa de servicios en la propia urbanización, una responsabilidad que en cumplimiento de la normativa actualmente vigente (de 1990) recae ahora en el propio Ajuntament. En aquél momento el sistema previsto para el desarrollo de la zona era el de cooperación en el que el Ajuntament impulsa el proyecto y luego pasa factura a los propietarios. El caso es que el Ajuntament de Pollença no quiere repetir los errores pasados. Los propietarios de Formentor se reunieron la semana pasada con el alcalde y el regidor de Urbanismo, Tomeu Cifre Bennàssar, para pedir la reactivación. Advierten del deterioro imparable de la urbanización y, como en el caso del Vilà, se muestran dispuestos a ejecutar ellos mismos el proyecto de dotación de servicios que registraron hace cinco años y que nunca llegó a ser autorizado.