El año pasado la policia impidió a centenares de jóvenes el acceso al simulacro pero el problema se trasladó a la periferia. | Lluc Garcia

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El equipo de gobierno del Ajuntament de Sóller pidió este jueves a la Delegación del Gobierno «ayuda» para combatir el botellón y la fiesta «paralela» al simulacro del Firó con el objetivo de «erradicar» de ese día la práctica del botellón y, en general el consumo de alcohol y otras sustancias estupefacientes por todo el municipio por parte de «personas que no vienen a disfrutar de la fiesta tradicional sino a consumir».

El año pasado el Ajuntament estableció por primera vez férreos controles de acceso a la plaza durante el simulacro final. «El resultado fue muy bueno», explica la concejala de Fiestas, Laura Celià, «pero el problema se trasladó a la periferia en zonas que no son de competencia municipal con el peligro que además estos comportamiento suponen para sus autores, pero también por otros usuarios de los espacios públicos y carreteras».

Por este motivo y durante la Junta de Seguridad Local que se convoca cada año por estas fechas para comenzar a preparar el Firó, el equipo de Gobierno trasladó su preocupación a Delegación, pidiendo la aplicación de medidas drásticas, y llegando a un acuerdo para que éstas se realizen ya este año.

Las acciones se concretarán con controles preventivos en el Túnel de Sóller durante las horas de llegada al Valle y se complementarán con pruebas de alcoholemia antes y después de la fiesta en todos los puntos donde se considere necesario. Por parte del Ajuntament se ha acordado también suprimir la música disco posterior al simulacro, evitando así otro foco que atraiga gente que ni siquiera ha llegado a ver estos actos tradicionales. La Guardia Civil y la Policía Local también reforzarán la vigilancia en las zonas periféricas hasta el fin de fiesta.