Protegida como BIC junto al templo parroquial, el humanista Pere d’Alcàntra Penya intervino en su reforma a finales del s. XIX. | Redacción Digital

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Preocupación en Sineu ante la aceleración del deterioro que padece la rectoría y la «inacción» de sus responsables. Que el complejo se encuentra en muy mal estado de conservación no es una novedad, pero las lluvias de esta última semana habrían agravado todavía más su situación y crece el temor que cualquier día se venga abajo.

Parte del tejado ya se vino abajo en marzo de 2015. Los restos de este hundimiento permanecen desde entonces en el primer piso. Pero lo más grave es que el agua de lluvia penetra en el edificio, con la aceleración del deterioro que ello conlleva. Esta semana el agua ya alcanzó la planta baja.

El estado de conservación del resto de dependencias de la rectoría es igualmente muy deficiente. Ante esta situación, la comunidad parroquial de Sineu señaló la necesidad de realizar una intervención urgente para salvaguardarla. Por ello, hace dos meses requirió al Obispado que enviara un técnico con tal de que evaluara su sitaución. Pero la visita del técnico todavía no se ha producido, por lo que el temor a un posible derrumbe va en aumento.