El pleno de Lloseta no llegó a pronunciarse sobre el proyecto de las cuentas municipales. | Antoni Pol

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El equipo de gobierno de Lloseta está en minoría (lo componen cuatro regidores de los trece que forman el Consistorio) y actualmente no dispone de los apoyos suficientes para sacar adelante sus iniciativas. Esta es la conclusión más relevante que cabe sacar del pleno celebrado el miércoles, en el que debían aprobarse los presupuestos para 2017.

Excepto el PI, que declinó dar su opinión, todos los partidos de la oposición expresaron su insatisfacción con el proyecto de presupuestos. Al ver que muy probablemente no saldrían adelante, el alcalde, Chema Muñoz (PSOE), pidió un receso a los demás portavoces, pero estos se negaron. Entonces optó por retirar el punto del orden del día y evitó así perder la votación.

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Fuentes próximas al PSOE explicaron que el gobierno esperaba que el PI se abstuviera (o incluso que votara a favor). Con la abstención del PI y la hipotética abstención de MÉS, el presupuesto se habría aprobado gracias al voto de calidad del alcalde. Pero el comité local del PI aprobó votar no a la propuesta de cuentas del PSOE, de manera que el presupuesto –con el previsible ‘no’ de Socialistes Independents y el PP– no habrían salido adelante.

Chema Muñoz fue investido alcalde en minoría (cuatro votos) después de la dimisión de Tolo Moyà, alcalde por el PI.