Tomeu Moyà fue elegido alcalde de Lloseta con los votos de los socialistas en junio de 2015 en virtud de un pacto postelectoral que ha atravesado una grave crisis en el último año. | Juanjo Roig

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El pacto de gobierno suscrito entre el PI y el PSOE tras las últimas elecciones municipales en virtud del cual Tomeu Moyà (PI) fue elegido alcalde para cuatro años ha quedado en agua de borrajas. Los cuatro regidores socialistas acordaron el lunes por la noche dimitir en bloque y pasar a la oposición por las graves diferencias que mantienen con Moyà.

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El presidente del PI, Jaume Font, y el secretario general, Toni Amengual, intentaron el lunes reconducir ‘in extremis’ la crisis local que se prorrogaba ya demasiados meses, pero el acuerdo hasta ahora no ha sido posible.
Pendientes de comunicar su decisión en la noche de este martes a la cúpula del partido, los regidores socialistas de Lloseta guardaban silencio. Los socialistas llegaron en la noche de este martes al encuentro del consejo político con una última propuesta del alcalde sobre la mesa. Estarían dispuestos a ceder la Alcaldía dos años para evitar la ruptura. Distintas fuentes confirmaron que PI y PSOE se habrían emplazado a una nueva reunión para este jueves y que podría no llegar a hacerse si finalmente este miércoles los regidores formalizan su renuncia.

Si se confirma la dimisión en bloque del PSOE, el PI quedaría gobernando en minoría con tres regidores frente a los diez que sumaría la oposición (cuatro del PSOE; dos del PP; dos de Més-APIB y dos de SI). Este último partido, Socialistes Independents, es una escisión del propio PSOE, cosa que complica un entendimiento entre las fuerzas de izquierda pero no lo imposibilita.