A pesar de la lluvia y con una hora de retraso los ‘binissalemers’ disfrutaron a lo grande del concurso de carrozas que contó ayer tarde con una importante participación. | Elena Ballestero

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Ni controles de alcoholemia ni filtros para evitar los excesos, el sábado por la tarde en el tradicional concurso de carrozas de las fiestas del Vermar todos miraban al cielo.

Pocos minutos antes de las 18.00 horas las primeras carrozas hicieron su aparición, protegidas con plásticos. Las jóvenes con las faldas arremangadas a la cintura y los paraguas bien a mano, a la espera de cómo evolucionaría la cosa.

Además de las propuestas más tradicionales, había otras muy divertidas y originales como los niños que habían transformado sus patinetes en animales de granja, o las cestas de los vendimiadores con su merienda, sus uvas y todos los detalles posibles.

El concurso de carrozas de Binissalem es uno de los actos más populares de las fiestas del Vermar que finalizan hoy con el acto institucional a partir de las 10.30 horas. Para animar a la participación en el concurso se otorgan tres premios en cada categoría, primando la tradicionalidad y la originalidad. Hay además una categoría especial infantil.