Un camión cisterna, cargando agua desalada en Son Pacs, en Palma. | Antoni Martín

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La sequía de este año y el alto consumo consecuencia de la elevada ocupación turística han dejado los recursos hídricos de los municipios de la Serra de Tramuntana bajo mínimos. Todos ellos esperan que las lluvias de este otoño contribuyan a paliar la situación.

Banyalbufar sigue con el uso de camiones cisterna para abastecer la red de suministro, aunque han disminuido con respecto al mes de agosto. Están así desde el pasado mes de mayo. Valldemossa optó por prohibir el riego y el llenado de piscinas en un principio, pero el alcalde tuvo que anunciar la imposición de sanciones si se superaba el consumo establecido para cada caso. Puigpunyent optó por recurrir al agua desalada mediante el uso de camiones cisterna, ya que no cuenta con conexión con el depósito de Son Pacs en Palma. Esporles no ha establecido restricciones, pero ante la situación de los acuíferos ha mantenido campañas constantes de sensibilización sobre el consumo a través de su página web y de las redes sociales. En el caso de Estellencs, el alcalde afirma que fue el primero en establecer restricciones para el riego y el llenado de piscinas con el agua de la red y que hace unas semanas que ya no hay camiones que lleven agua para el consumo. Por su parte, Sóller ha recurrido al corte de suministro en las duchas de las playas, pero parece que esto no va a ser suficiente. El abastecimiento del término es básicamente con el agua procedente de sa Costera. Fornalutx también se abastece básicamente de sa Costera, pero ha pasado de recibir 500 metros cúbicos a 270 al día. Deià, como cada año, ha tenido que hacer uso de los camiones cisterna en los meses de julio y agosto.

También las fugas han sido este verano un problema en algunos municipios. Bunyola tuvo averías muy serias en la red que obligaron a optar por camiones cisterna para devolver los niveles a los depósitos reguladores.