Imagen de envases de helado de algarroba. | Redacción Digital

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La algarroba ha sido hasta ahora un producto abundante en el campo mallorquín, pero relacionado básicamente con la alimentación para animales. Ahora, hace poco más de un año, en parte gracias al esfuerzo de empresas como Es Garrover de Mallorca, que ha sacado al mercado harina de algarroba, este producto ha empezado a entrar en las cocinas y en la alimentación humana.

De esta inquietud para dar a conocer las cualidades nutricionales de la algarroba surgió la propuesta de elaborar el helado de harina de algarroba que han lanzado, este mismo verano, al mercado Gelats JOP de Campos y Es Garrover de Mallorca. «Nuestra intención –señala Juana Verger de Es Garrover– es crear sinergias con las empresas de la Isla e introducir la algarroba en los restaurantes, para, a la vez, potenciar y valorar el trabajo realizado por el payés».

Sebastià y Juana Verger, responsables de Es Garrover de Mallorca.

Es Garrover de Mallorca se nutre del trabajo realizado hasta ahora por la empresa familiar Productos Martín. Creada por Juan Martín, nació en una portassa de Llucmajor y ya desde un principio trabajó directamente con los payeses productores de algarroba. Productos Martín compra las algarrobas que Es Garrover vende transformada en harina.

Para endulzar el trabajo que tiene detrás la algarroba, el realizado por el agricultor, este verano y junto a otra empresa artesanal como es Gelats JOP, han lanzado un helado de algarroba, el chocolate mallorquín.
«Hace dos meses que tenemos el helado en el mercado. Tendremos que esperar a finalizar el verano para comprobar cómo funciona», señala Txiqui Calzado, responsable de producción de JOP.