El alcalde, Jaume Tomàs, y el teniente de alcalde Bernadí Vives visitaron las obras. | Ajuntament de Llucmajor

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Las obras que han de llevar el agua potable a los núcleos costeros de s’Estanyol y Son Bieló en Llucmajor han empezado. Después de más de una década reclamando, con manifestaciones, todo tipo de actos e incluso contribuciones especiales, los vecinos de estos núcleos ven como se empieza a poner solución a su falta de agua potable. En la jornada de este miércoles el Ajuntament de Llucmajor dió a conocer el inicio de las obras para la canalización del agua. Se trata de la realización de los trabajos de las zanjas para conducir el agua potable desde los pozos de la finca de Garonda hasta los núcleos costeros, un trayecto de poco más de cinco kilómetros.

La obra, que ahora se inicia, prevé la electrificación y la construcción de dos depósitos de 860 metros cúbicos cada uno y la instalación de 5.712 metros de tubería. El caudal autorizado es de 45 m3/h, con un volumen máximo de extracción de 122.565 metros cúbicos. Y todo ello con un presupuesto de entorno a los 1,3 millones.
Para conseguir llegar hasta aquí, hasta el día de inicio de las obras se ha tenido que superar un largo camino por el que para la elaboración del proyecto se ha pedido la autorización e informe hasta a 14 entidades, entre ellas el servicio de protección de especies, la Direcció General de Energia, de Salut Pública o a la dirección insular de Carreteres.

Proyecto

Todo el proyecto se inició antes de 2006, pero fue este año cuando se dio a conocer que el Consistorio ya disponía de tres nuevos pozos con un caudal de más de 45.000 litros/hora cada uno de ellos. Dos pozos en Garonda y un tercero, para dejar en reserva, en el Camí dels Llobets. Entonces las previsiones eran dotar de agua potable a los núcleos costeros el verano de 2007.

Desde entonces y con el anhelo de los vecinos por obtener agua potable han pasado los años e incluso con los juzgados de por medio. Fue el Tribunal Superior de Justicia de Balears (TSJB) quien dio la razón al Ajuntament de Llucmajor, que aprobó en pleno el cobro de contribuciones especiales para sufragar los millones de euros necesarios para la ejecución de las obras de instalación de las redes de abastecimiento de agua y alcantarillado en la localidad costera de s’Estanyol. De esta manera se fallaba contra el recurso presentado por más de un centenar de vecinos para evitar el pago de las mencionadas contribuciones especiales.

Ahora, más de diez años después de empezar todos los trámites y con muchas promesas electorales de llevar el agua potable hasta los núcleos costeros, al fin ven como las máquinas trabajan para, en un futuro ya no muy lejano, poder abrir el grifo con agua potable. Estas obras ya se habían convertido en una prioridad urgente para el Ajuntament de Llucmajor que hace frente al coste de las obras de canalización a lo largo de los cinco kilómetros.