Alan Ponte, presidente del club. | Elena Ballestero

TW
5

La asamblea del Club Nàutic del Port de Pollença rechazó el sábado por mayoría sancionar a los cuatro miembros de la exdirectiva acusados de «hacer un uso incorrecto y haber incumplido los estatutos sociales» del club, informó ayer su actual presidente, Alan Ponte. Los expedientados eran Pedro Siquier, Rafael Salas, Miquel Cifre y Andreu Munar.

El expediente disciplinario abierto, pues, será ahora archivado. Ponte recordó que fue la asamblea la que acordó abrir el expediente en el mes de noviembre de 2014 y la que luego nombró al instructor, Juan Rotondo, que es vicepresidente del club y que los expedientados han vinculado con los ‘papeles de Panamá’. Rotondo «ha realizado un trabajo escrupuloso al amparo de la legislación vigente y de los estatutos: se entrevistó con las personas involucradas y obviamente les ha dado voz en la tramitación», explicó Ponte. «Siente admiración por el trabajo que ha hecho», añadió.

Ponte defendió que la junta ha actuado «al margen» de intereses personales, con transparencia e imparcialidad. El presidente se abstuvo de valorar personalmente el resultado de la votación, pero lo consideró «un triunfo de la democracia». Aseguró que en absoluto se siente desautorizado. La propuesta de sanción a los cuatro expedientados consistía en la suspensión de sus derechos por un período de cuatro años, su inhabilitación y una multa de 1.500 euros.