La balsa ha disparado la demanda desde su inauguración en 2015 y lidera la reconversión agrícola del municipio convirtiéndolo en un referente vinícola. | Elena Ballestero

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Balears es una de las comunidades autónomas del Estado mejor situadas en lo que a reutilización de aguas depuradas se refiere y, sin embargo, lleva años estancada con un aprovechamiento medio de un 30 por ciento.

La crisis económica y la fuerte sequía se ven como una oportunidad para incrementar el consumo hasta alcanzar una cifra histórica de entre un 60 y un 70 por ciento en 2019.

El presupuesto anual que la Direcció General de Agricultura i Ramaderia destina a la construcción y puesta en funcionamiento de balsas de regadío es de 900.000 euros al año.

El Govern estudia ahora incluir una nueva línea en el Programa de Desarrollo Rural (PDR) para aumentar esta cantidad a 1,5 millones de euros.

La asignatura pendiente es que las ayudas específicas para que los regantes paguen a precios competitivos las conexiones a las redes alternativas de agua para riego. Actualmente existen en Mallorca doce balsas de regadío para el almacenaje y aprovechamiento del agua sobrante de las aguas depuradas.