Habrá más control en el tradicional desfile de carrozas. | Maria Nadal

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El Ajuntament de Binissalem constituyó el 3 de noviembre de 2015 una comisión especial, la de la Festa del Vermar, conformada por todos los grupos municipales con el objetivo de estudiar y elaborar, en el plazo máximo de seis meses, un informe con propuestas concretas para prevenir la degradación de la fiesta.

La Vermada es por excelencia la fiesta de culto al vino, pero todo tiene un límite y los desmadres de los últimos años han obligado a repensar la celebración. El diagnóstico es claro: «masificación», «descontrol» y «consumo excesivo de alcohol».

Realizado el diagnóstico es hora de aprobar un reglamento específico que sirva para poner límites. La prohibición del consumo de alcohol en las carrozas no es nueva (en los últimos años es frecuente la descalificación de participantes por este motivo), pero ahora habrá un reglamento que permita poner multas, que en el caso de menores se cambiarán por servicios comunitarios. Se anuncian controles de alcoholemia a los conductores antes de iniciar el desfile y estrictos controles de los vehículos y remolques.

Se intensificarán los controles contra el botellón, iniciados en temporadas pasadas, y se tratará también de evitar la masificación en las fiestas más populares como los Fideus del Vermar, poniendo límites a la venta de tíquets.