Adultos y niños hacen cola para recibir una bebida, un pedazo de pan y un huevo. | Beatriz Marín

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Los cinco voluntarios que viajaron a la ciudad griega de Idomeni para distribuir el dinero reunido por el movimiento solidario de Binissalem con los refugiados han regresado a Mallorca con la misión cumplida. Las familias atrapadas en el campamento de Idomeni a la espera de ser deportadas a Turquía han sido las beneficiarias, pues con el dinero aportado por el Ajuntament de Binissalem, empresarios, escolares y vecinos del pueblo, los voluntarios han podido comprar 4.444 botellas de agua para poder preparar biberones y evitar un mal frecuente entre los recién nacidos, las diarreas por usar agua corriente que no reúne las condiciones de higiene necesarias. Con esta acción se complementa el envío de leche en polvo para bebés que se mandó a Grecia aportada tanto por la gente de Binissalem como la que respondió a la llamada a la solidaridad de Antonia Triguero y su equipo en Inca.

Otro de los pequeños milagros que estos cinco voluntarios han podido realizar en nombre de Binissalem amb les persones refugiades es que unos 2.000 refugiados puedan recibir pan del día durante una semana. Como se explicó el día de la partida de los voluntarios hacia Grecia, el objetivo no era emprender nuevas líneas de ayuda, sino financiar las labores de las organizaciones que ya están trabajando sobre el terreno y cuya labor peligra una vez van agotando sus fondos. Así, los voluntarios de Binissalem financiaron el pan que la ONG Borderfree necesita para alimentar a unas dos mil personas, adultos y niños, durante una semana, así como aceite de girasol y azúcar.

Otros productos de primera necesidad que se han comprado gracias a la solidaridad de los binisalemers han sido compresas, pañales y calcetines para la ONG Natura Project; también compraron sobres de especias, aceite de oliva, legumbres, arroz, ajos y patatas para la ONG Hoot Food.

Reinversión en Grecia

Un detalle de la misión de Binissalem es que todos los productos han sido adquiridos en comercios de Grecia, país que soporta el mayor peso en la crisis de los refugiados, colaborando así con la economía local.

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El próximo paso de Binissalem amb els persones refugiades será la presentación en el teatro municipal del documental rodado por una de las jóvenes que ha participado en la expedición, Beatriz Marín - autora de la mayoría de las imágenes realizadas por los voluntarios - que trabaja en el Centre Balears Europa y como periodista freelance en Bruselas. "Es una sensación muy extraña. La situación es muy triste, pero esta gente aún es capaz de transmitir muy buenas sensaciones", señala Marín, quien ya se ha reincorporado a su trabajo en la capital de la UE. Los voluntarios que viajaron desde Mallorca, Francesc Abrines, Catalina Victòria Moyà, Maria Pascual y Sion Moyà, han regresado a la Isla y están ultimando un informe detallado sobre cómo se ha gestionado el dinero aportado por Binissalem y cuáles son las necesidades más imperiosas si se obtuvieran recursos para continuar ayudando.

El Ajuntament de Binissalem, una de las primeras entidades en aportar fondos para este viaje solidario, se ha mostrado muy satisfecho con el trabajo realizado por los voluntarios. El alcalde, Jeroni Salom, les dio la bienvenida a través del siguiente mensaje en Facebook: “Ben arribats a ca vostra. Uns dies plens de records i experiències difícils d'oblidar. Després d'haver descansat, a preparar una presentació de tot el que heu fet. Ho esperam amb molta Il·lusió. Enhorabona.”

Por su parte, el concejal Andreu Villalonga ha explicado a Ultimahora.es los motivos que llevaron al Ajuntament a aportar los 5.000 euros que supusieron el punto de partida de la expedición a Idomeni. “Coincidió que en el momento en que se organizó la recogida de leche y pañales en Binissalem estábamos a punto de aprobar el presupuesto de 2016, en el que teníamos previsto donar 5.000 euros al Fons Mallorquí de Solidaritat, y pensamos que estas personas merecían gestionar los otros 5.000 euros que teníamos presupuestados para Cooperación; nos sentimos muy orgullosos de pertenecer a un pueblo tan solidario, en el que hace años que existe una “Despensa solidaria” con la que los vecinos colaboran de forma altruista, igual que respondieron a la petición de leche y pañales de Lluïsa Pol y Catalina Moyà”.

Villalonga (Partido Popular), que lleva las áreas de Urbanismo, Obras Públicas y Comunicación, ha invitado a que otros pueblos de Mallorca se sumen a la ola de solidaridad, “que todos arrimen el hombro como hemos hecho nosotros para parar este drama”. Un llamamiento que se produce en medio de las críticas del Govern balear al anunciar el Gobierno de Rajoy que Balears solo recibirá 13.160 euros para la atención médica de los refugiados que sean acogidos en las Islas.

Mientras todas estas cuestiones se debaten en los despachos, cientos de miles de personas continúan malviviendo atrapadas entre Grecia y Macedonia, o son deportadas a Turquía en cumplimiento del acuerdo entre la Unión Europea y este país.