Imagen de archivo de una visita a las obras de peatonalización en la primera línea del Port de Pollença. | Maria Nadal

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El sector hotelero del Port de Pollença ha iniciado la temporada preocupado por el «lamentable» aspecto que este destino turístico ofrece a causa de las obras que se realizan en la primera línea de su playa cuando ha abierto sus puertas casi la totalidad de la planta hotelera.

«La imagen que estamos dando de un destino turístico de primer orden como es el Port de Pollença, con toda la primera línea levantada en plena temporada turística, resulta lamentable», ha apuntado el presidente de la Asociación Hotelera de Pollença, Ramón Cunill.

Quejas

Los clientes de los hoteles no son los únicos que se quejan del ruido y las molestias que provienen de los trabajos y la maquinaría pesada que se emplea, también algún tour-operador se ha dirigido por escrito a la Conselleria de Turisme para solicitar explicaciones sobre la situación de las obras y el motivo por el que el plazo de ejecución incluye meses de la temporada.

«Vienen aquí para tomar el sol, estar tranquilos, y al llegar al hotel se sorprenden al ver las aceras levantadas, maquinaria pesada trabajando y las playas ni siquiera montadas», ha explicado el presidente de la patronal hotelera de Pollença.

La mayor parte de los hoteles del Port de Pollença, también lugar de paso del turismo que visita Formentor, por lo general reabren su puertas en marzo y al llegar abril ya funciona el 90 por ciento de la planta hotelera.

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A un mes de que concluya el plazo estipulado para la ejecución de las obras, el próximo 4 de mayo, la Asociación Hotelera de Pollença estima que se ha completado cerca del 70 por ciento del proyecto de semipeatonalización de la primera línea, aunque según la patronal su planificación debería haberse hecho de otra forma para minimizar el impacto.

«Se ha planificado mal desde el principio», ha indicado Cunill, presidente de una asociación hotelera con más de 4.500 plazas.

Cunill ha destacado que, además del daño causado a la imagen de este destino ante un turismo que suele ser fiel visitante del Port de Pollença, la actual situación tiene visos de continuar.

«El problema es que queda por delante meter maquinaría y levantar aceras, incluso las que hay ante hoteles que ya están abiertos», ha denunciado el presidente de la patronal hotelera.

Las obras han supuesto el ensanche de aceras y también la sustitución de las baldosas del pavimento por otro a base de cemento gris, que da un aspecto que no convence a un amplio sector de los comerciantes y hoteleros del Port de Pollença.

«Casi todo el mundo está mu decepcionado» con el resultado de estas obras, ha añadido Cunill.