La depuradora fue construida en el año 1984 y ha sufrido dos ampliaciones desde entonces. | Elena Ballestero

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Las obras de ampliación de la planta depuradora de Alcúdia comenzarán previsiblemente en septiembre de 2016 con diez años de retraso sobre la previsión inicial y con el sistema de depuración completamente desbordado.

El Ajuntament adelantará los 7,3 millones de euros que costará el proyecto y que el Govern de les Illes Balears le devolverá a lo largo de diez años. Evitará así seguir esperando una intervención más que urgente. La finalización de las obras está prevista para diciembre de 2017.

Según la planificación, entre los meses de diciembre y abril será cuando se ejecute la mayor cantidad de obras para interferir así en la menor medida posible en el servicio que presta la planta durante la temporada alta turística, cuando multiplica su capacidad pasando de atender una población de poco más de 20.000 habitantes a atender una capacidad de cerca de 90.000 debido a la planta hotelera.

Exposición pública

El Ajuntament acaba de sacar a exposición pública el pliego de condiciones que regirá la contratación de la obra. El proceso no ha sido fácil.

El proyecto de ampliación de la planta depuradora de Alcúdia ya era una necesidad más que urgente en 2010 cuando la Agencia Balear de l’Aigua i de la Qualitat Ambiental (Abaqua) se hizo cargo de la financiación y gestión de las obras, de acuerdo a un convenio de colaboración que no llegó a desarrollarse. Las obras descritas en el proyecto salieron a licitación y llegaron incluso a ser adjuidicadas en septiembre de 2010, firmándose el contrato el 1 de octubre de ese mismo año, pero durante la preparación se observaron una serie de deficiencias que han venido retrasando el proyecto hasta ahora.
La planta depuradora de Alcúdia data de 1984 y se diseñó para tratar un caudal máximo de 8.566 metros cúbicos. Ha sufrido dos ampliaciones desde entonces, en 1994 y 1997, y actualmente tiene una capacidad de 14.000 metros cúbicos de agua. Aún así, la planta no basta para atender correctamente a la población flotante durante la temporada alta.
El tratamiento de fangos, además de tener poca capacidad, es deficiente. Existe corrosión en varios equipos de la planta y faltan algunas instalaciones.

Los malos olores que desprende la planta durante la temporada alta turística son más que evidentes. La instalación cuenta con un sistema terciario para aprovechamiento de las aguas depuradas que está en desuso.