Un viñedo Binissalem plantado hace una decena de años. Las DO podrán establecer límites a la producción de uva para vinificación. | Antoni Pol

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Los productores de uva para vinificación y los de vino acogen con prudencia y cierta incertidumbre el cambio que se introduce en la normativa que regula la plantación de viñedo y que será vigente a partir del 1 de enero. No se liberaliza la producción, pero la modificación es sustancial. «Hay algo de incógnita», admite José Luis Roses, propietario de la bodega Jose Luis Ferrer y presidente de la Denominació d'Origen Binissalem.

De acuerdo con la nueva normativa aprobada por la Unión Europea en 2013, el sistema de «derechos de plantación» de viñedo para vinificación dejará de estar vigente a partir del próximo año para pasar a otro de «autorizaciones». La diferencia es que con el marco anterior los productores de uva eran o podían ser titulares de «derechos» de plantación, mientras que de ahora en adelante solo podrán estar «autorizados».

Al amparo de la normativa anterior, los productores podían mercadear con los derechos de plantación de viñedo. En este contexto, numerosos productores habían comprado derechos (básicamente en otras comunidad autónomas, sobre todo en Castilla la Mancha) para plantar en Mallorca en los últimos lustros. Ahora deberán solicitar una autorización, que concederá (o no) el Estado. Se pone fin, pues, a la compraventa de derechos.