El Palau d’Aiamans ocupa 15.200 metros cuadrados en el centro de Lloseta, junto a la parroquia y la plaza. | Antoni Pol

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El Ajuntament de Lloseta pretende que el Palau d’Aiamans, una de las joyas patrimoniales del pueblo, tenga un uso público y por esta razón quiere comprarlo.

El palacio –15.200 metros cuadrados de suelo más los jardines, pegado a la parroquia y la plaza– es propiedad de Lloseta SA, un grupo inversor con sede en Madrid que lo adquirió hace una decena larga de años para que abriera como restaurante vinculado a Ferran Adrià. Este proyecto no fructificó y el propietario, más recientemente, ha buscado otras formas para rentabilizarlo.

En 2014, al amparo de la ley de Turisme de Delgado, lanzó la idea de reformarlo como hotel. Este otoño, ha informado al Ajuntament de su intención de convertirlo en residencia para pacientes (extranjeros) que se recuperan de una operación. Al Ajuntament no le desagrada la idea, pero quiere impedir su uso estrictamente privado. El problema de comprarlo es el precio –cerca de 6 millones de euros, según se dice–, lo que gasta el Ajuntament en un año.

En ese contexto, el pleno aprobará previsiblemente el lunes formular una alegación a la ley de sostenibilidad turística para que el dinero recaudado con la nueva ecotasa se pueda destinar también a la adquisición de patrimonio. Paralelamente, el Ajuntament ha solicitado colaboración al Consell en la redacción de un proyecto para dar «atractivo turístico» el Palau.