Monserrat Rosselló, alcalde de Vilafranca, ha decidido cambiar la bandera porque la nueva le «gusta más». | Assumpta Bassa

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La nueva bandera de Vilafranca de Bonany, aprobada en el pleno del pasado 10 de noviembre con los únicos votos del Partit per al Poble (PxP), parece no tener mucho futuro.

La decisión carece del estudio técnico necesario y de la justificación del cambio, y por tanto los dos grupos de la oposición presentarán recurso ante dicha enseña.

Actualmente no existe un reglamento especifico, y la Universitat señala que «nunca ha realizado ningún informe sobre las banderas municipales». Pero si que se establece que la nueva propuesta «debe ser aprobada por pleno y contar con una descripción detallada del proyecto de bandera aprobada, así como una justificación de los motivos del acuerdo. En el expediente se incorporará la memoria o estudio técnico firmado por un experto y un dibujo-proyecto de la bandera a adoptar». Así lo señala el experto Rafel Serra de la Creu en su Estudi històrico-vexilol·lògic i proposta d’una bandera per a la ciutat d’Alcúdia.

El acuerdo de pleno solo señala «modificar la bandera vilafranquera que pasa a tener cuatro barras rojas horizontales sobre fondo amarillo y con el escudo en medio, con una franja vertical en el asta de color morado donde se incluye una silueta del pueblo de Vilafranca colocada en posición vertical».

Hasta ahora la bandera de Vilafranca era como la de la mayoría de pueblos, el escudo local sobre la senyera. En otros municipios como Sant Joan han optado por otro formato, y en Porreres, por ejemplo no tienen ninguna bandera aprobada y durante las fiestas de Sant Roc izan en el campanario la bandera blanca del santo.