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El Ajuntament de Sóller dió este viernes el primer paso para cumplir con la Ley de Memoria Histórica en el municipio y lo hizo derribando la cruz erigida en recuerdo de la muerte del teniente franquista Javier Lizasoaín.

La actuación, realizada por la mañana por operarios de la brigada municipal, se hizo en presencia del alcalde, Jaume Servera, y de los familiares directos de uno de los tres funcionarios represaliados por defender la legalidad vigente el día 20 de julio de 1936. Los carabineros fueron culpados de la muerte del militar y fusilados.

María del Pilar Muñoz, hija del cabo de carabineros José Muñoz Enrile, ejecutado en octubre de 1938 junto con el sargento Manuel Braulio (el otro condenado, José Gil, fue fusilado en 1936), presenció la retirada de la cruz. La acompañaban dos de sus sobrinos, nietos del mismo carabinero de la República, los hermanos Pep y Oliva Delgado Muñoz.