La de Mancor, es la única feria temática en la Isla dedicada a las setas y a la montaña. | P. Pellicer

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La Fira de l’esclata-sang i de la Muntanya está a punto de pasar a la historia. La directiva de Arrels de la Vall (motor de la Fira desde sus inicios) acaba de presentar en bloque su dimisión por discrepancias con el nuevo gobierno municipal de MÉS.

El detonante de la crisis ha sido la negativa del gobierno municipal a celebrar los conciertos de la feria, pagados con fondos públicos, en el local de la asociación, que carece de licencia de actividades. La cuestión se debatió en una asamblea el pasado fin de semana a la que asistieron medio centenar de socios de Arrels, entre ellos algunos miembros del gobierno municipal (el alcalde es socio y fue dimoni gros hace unos años).

Los asistentes arroparon por mayoría la decisión del Consistorio de celebrar los actos en espacios municipales, en contra de la de su directiva. Fue la gota que colmó el vaso. «Hace años que estábamos al frente de la asociación y los problemas eran continuos, ahora pensábamos que con el gobierno de MÉS sería más fácil promover actos culturales, que hablábamos el mismo lenguaje, pero no ha sido así. De hecho, nos hemos sentido menospreciados». La hasta este viernes presidenta de Arrels, Maria del Mar Saurina, resume así el sentir de la directiva.

La directiva ha convocado una asamblea el próximo lunes en la que dará cuenta de su renuncia al cargo y a la organización de la Fira. «Si hay un grupo de socios que quiera seguir adelante y ponerse al frente, la feria se hará, si no desaparecerá», informa Saurina.

El alcalde de Mancor, Guillem Villalonga explica que «el Ajuntament no tiene capacidad material para llevar la feria adelante si Arrels decide no hacerlo».