La carroza de demonios en blanco y negro era espectacular y muy numerosa. | Elena Ballestero

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Contra todo pronóstico (la previsión era de un cien por cien de lluvias), a remojo y sin apartar la vista del cielo el vistoso desfile de carrozas de Alaró inició el sábado por la tarde su tradicional recorrido por el centro de la ciudad.

Siete carrozas integraban la comitiva que incorporaba pequeñas novedades a iniciativa de la comisión organizadora. A las ligeras variaciones de recorrido, pensadas para evitar dificultades en los giros de las calles más estrechas, hay que añadir los cambios en la varemación del concurso que dejan menos margen a la subjetividad y premian cuestiones como el reciclaje y el diseño.

Los premios han aumentado ligeramente en esta edición, el primero es de 900 euros, con el objetivo de ayudar a que el desfile pueda ser más participativo compensando el desembolso que hacen los concursantes en la compra del material para sus carrozas y disfraces. Pese a la subida de la cuantía, finalmente hubo el mismo número de carrozas que en la pasada edición.

Las había para todos los gustos, taurinas, demoníacas, espaciales, mejicanas sin olvidar, cómo no, el clásico de este año, los Minions. A pesar de la lluvia, intensa en algunos momentos, hubo un público abundante desde el inicio del recorrido.