Morro denunció en el juzgado el retraso de las licencias de Ca Na Teresa. | Elena Ballestero

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El alcalde de Pollença, Bartomeu Cifre Ochogavía, tiene abierta en el juzgado de Inca una segunda causa por presunta prevaricación administrativa a raíz de una denuncia del arquitecto y empresario pollencí Rafel Morro, que sostiene que el alcalde retrasó intencionadamente la concesión del final de obras y la licencia de actividades del bar restaurante de Ca Na Teresa, que Rafel Morro tiene en la Plaça Major de Pollença. Así lo confirmó este miércoles el propio alcalde, que lleva un tiempo denunciando la «enemistad pública» que le tiene Morro.

Esta denuncia es anterior a la presentada por el abogado Leopoldo de Miguel en la Fiscalía y que ha dado lugar a la apertura de diligencias previas por presunta prevaricación urbanística por la paralización de la urbanización del Vilà.

Rafel Morro (sin ninguna vinculación conocida con el Vilà) testificará a petición del denunciante en esta otra causa. Hoy comienza la toma de declaraciones con la testificación de De Miguel.

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El alcalde de Pollença, Bartomeu Cifre Ochogavía, lleva un tiempo denunciando la «enemistad manifiesta» de Rafael Morro hacia su persona. Las diferencias entre Bartomeu Cifre Ochogavía y Rafel Morro por la reubicación de la Font de la Plaça (un elemento etnológico característico) en la fachada del restaurante de Ca Na Teresa son públicas.

El alcalde ordenó la restitución de la fuente a la fachada de Ca Na Teresa en cumplimiento de un acuerdo de pleno adoptado por unanimidad en el Ajuntament de Pollença, pese a la fuerte oposición del propietario del establecimiento.

La Font de sa Plaça ocupaba tradicionalmente la fachada del edificio situado en las Illetes de Pollença cuando, durante las obras de reforma de Ca Na Teresa, se derrumbó parte de la fachada. El Ajuntament retiró la fuente y autorizó la continuidad de la obra sin que figurara en la autorización la obligación expresa de reservar un espacio para restituir la fuente.

Tras la reforma resultó imposible devolver la fuente a su ubicación original exacta, pero el Ajuntament acabó colocándola a pocos metros, separada apenas unos centímetros de la fachada del establecimiento.