Biel Coll enseña un agujero que los ‘esclata-sanguers’ han abierto para entrar en la propiedad de Sa Cova. | Antoni Pol

TW
23

«Antes los buscadores de setas entraban a la finca y se llevaban los esclata-sangs, pero no rompían nada. Ahora cortan la rejilla, la abren para pasar. Dejando a un lado el hecho de que destrozan una finca privada, el problema es que nuestras ovejas luego salen a la carretera y en algún caso han provocado accidentes», relata el payés de la possessió de Sa Cova, Biel Coll.

Sa Cova está situada junto a la carretera de Palma a Sineu, en el término municipal de Santa Eugènia.

«Hacen los agujeros en sitios escondidos, los disimulan, para utilizarlos de nuevo más adelante. Nosotros no los detectamos, pero sí las ovejas cuando no hay comida dentro de la finca», explica el payés.

«Hemos tenido que ir a juicios por distintos accidentes de tráfico causados a raíz de estos destrozos. El rebaño está dado de alta como explotación ganadera, por supuesto, y tienen un seguro de responsabilidad civil que cubre los daños a terceros, pero aun así, en alguna ocasión, nos han llamado a juicio al no ponerse de acuerdo los seguros», lamenta Coll. A lo largo de los últimos cuatro años, las ovejas de Sa Cova han provocado cuatro accidentes.