Los usuarios consideran que falta información de incidencias en las principales estaciones. | A. Martín

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La principal queja de los usuarios del transporte público, tanto tren como autobuses, es el abultado precio de las tarifas, a pesar de los abonos y descuentos disponibles. Resulta más caro, evidentemente, para aquellos que lo utilizan de forma esporádica.

Otro de los problemas que señalan las asociaciones de usuarios es el de la caducidad del saldo de las tarjetas y piden la ampliación de la misma, ya que consideran que la estimación de uso es muy ajustada. La de 40 viajes, por ejemplo, caduca a los 45 días.

Añaden también que los lugares para resguardarse en las estaciones del tren son totalmente insuficientes. Y ponen como ejemplo s’Enllaç, donde se hace el transbordo para Manacor sin ningún tipo de resguardo cuando la meteorología es adversa.

Otro motivo de queja entre los usuarios de los medios de transporte es la dejadez en el mantenimiento de los servicios, tanto en los trenes como en las estaciones, donde señalan la falta de limpieza y que no se repone el material que se deteriora o rompe.

Creen, también, que se da dejadez en el mantenimiento de los servicios, tanto en los trenes como en las estaciones, donde señalan que falta limpieza y no se repone el material que se deteriora o rompe. Además, señalan el caos de los horarios, con cambios constantes que se producen sin previo aviso y sin información alguna para los usuarios