FIRA POLLENÇA | Efe

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Las ferias monotemáticas marcan tendencia desde hace una década desbancando a la feria tradicional de manera aplastante, pero siempre hay excepciones.

En la Fira de Pollença los artesanos forman tándem con los diseñadores más talentosos del momento y exhiben piezas únicas en la iglesia del Roser.

Esta nueva edición ha ido más allá y la feria se ha presentado como un conjunto complementado con toda clase de actividades.

Los payeses regresan tras cuatro años de ausencia y lo hacen para reivindicar un papel coprotagonista, como profesionales que quieren vivir del campo, imprescindibles para la conservación de ese paisaje que a tantos artistas ha inspirado durante años y del que depende, en uno u otro sentido, la economía insular.