Bauzá y Simonet recorrieron el paseo con ua sonrisa en la boca. | Maria Nadal

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Medio centenar de vecinos de Alaró increparon ayer al president José Ramón Bauzá a su salida de un restaurante ubicado en la plaza de la localidad para hacerle llegar su oposición a la actual política educativa. Sin incidentes, Bauzá salió del local con una sonrisa en la boca y recorrió el pasillo de ‘camisetas verdes’ que le dieron la espalda en un escrupuloso silencio.

No fue hasta que Bauzá llegó a su vehículo (aparcado en el lado opuesto de la plaza) cuando las personas concentradas gritaron «por una educación pública de calidad y en catalán» y pidieron la «dimisión» del president entre aplausos.

Horas antes, el president del Gover había visitado el colegio público Sant Bartomeu en companyía del alcalde Joan Simonet. Profesores y padres volvieron a reclamar una escalera de incendios en el edificio de infantil y un ascensor nuevo. Además, el director del centro repitió a Bauzá que «TIL sí, pero no así» e hizo hincapié en la falta de una docente que se encuentra de baja y no tiene sustituto.

En la posterior comida, los presentes degustaron paella que pagó íntegramente el alcalde Simonet, El president tuvo que escuchar las reivindicaciones de algunos representantes de las asociaciones del pueblo durante el turno abierto de palabra. Los geganters y el club de Tenis de Mesa declinaron la invitación de comer con el president.

De esta manera terminó la visita que realizó ayer Bauzá al municipio enmarcada en las rutas que ahora realiza por los pueblos de Mallorca.