Los jóvenes ‘sencellers’ disfrutaron lanzándose paja y mojándose. | Antoni Pol

TW
15

Un millar de jóvenes participaron ayer en la octava edición del Embala't, una fiesta de sello senceller que acaba con una inofensiva y divertida batalla en la que la paja y el agua sirven de munición.

Aunque el enfrentamiento con briznas tuvo lugar por la tarde, la fiesta, que cuenta con su propio protocolo, empezó al mediodía, mediante la lectura del pregón por parte del garbejador major , que por tercera vez fue Felip Serra. Después llegaron los juegos con mobylette, al estilo del Sant Joan de Ciutadella , y la anada a So na Rossa (un llogaret próximo) a recoger las balas de paja para depositarlas en el Pou Major.

Tal y como establece el protocolo, a las dos se sirvieron unos fideus de roter en la plaza Nova. La sobremesa no se alargó, porqué a las cinco los garbajadors debían partir de nuevo hacia el Pou Major a recoger las balas. Como ya se hizo el año pasado, se reservó una bala a las mujeres, mientras que los hombres transportaron la otra. Se debe remarcar también que ambas balas fueron cubiertas con una senyera , símbolo de la oposición a la política lingüística del Govern. Una vez las balas llegaron la plaza Nova, escenario de la batalla, empezó la bauxa , y los participantes tuvieron la ocasión de gozar poniendo paja en el ojo ajeno, como decía un montuïrer .

El Embala't, que sigue la tendencia de otros eventos festivos como la guerra de almendras de Petra, las algarrobas de Costitx o la batalla de uva de Binissalem, se ha convertido en uno de los actos más concurridos de las fiestas de la Mare de Déu d'Agost, patrona de Sencelles.