La zona de Punta Ballena, donde reinan las discotecas, el alcohol y los sonidos potentes.

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Si bien dejó meridianamente claro que solo se trata de una calle de Magaluf y no del destino entero, José Ramón Bauzá reconoció ayer en Madrid que Punta Ballena son «500 metros de vergüenza a los que hay que poner coto», porque nada tienen que ver con el modelo turístico defendido por los sectores políticos, económicos y sociales de Balears.
El president del Govern lanzó esta advertencia tras participar en los cursos de verano que la Universidad Complutense celebra en San Lorenzo de El Escorial, donde subrayó la apuesta del Ejecutivo balear por una industria turística de excelencia en el que no tienen cabida ni las prácticas incívicas en las calles y locales de Punta Ballena, ni el ‘balconing’, ni tampoco las prospecciones petrolíferas rechazadas de forma unánime por todos los partidos del espectro político de las Islas.
En este sentido, Bauzá insistió en los intensos esfuerzos de Balears para impulsar un modelo turístico de calidad con iniciativas privadas como las del grupo Meliá International en Magaluf, donde, «unos metros más allá» de Punta Ballena, está desarrollando un proyecto hotelero presupuestado en 80 millones de euros declarado de interés autonómico que, sin duda, servirá para reimpulsar la actividad económica de esta zona turística.
Contundencia
Por otra parte, quien también reclama ‘mano dura’ contra los excesos en Punta Ballena y la mala imagen que estos proyectan de cara al exterior, es la Agrupación de Vecinos de Magaluf que ayer remitió una carta al alcalde de Calvià, Manuel Onieva (PP), acompañada de 2.500 firmas de vecinos de la localidad.
Pese a que este diario no ha podido dar con ningún portavoz visible de este colectivo (la misiva remitida al Consistorio asegura que la agrupación es «multitudinaria y carece de representación y organigrama específico, actuando solo como altavoz de muchos actores independientes»), la carta en cuestión no deja pasar la ocasión para sostener que el Ajuntament calvianer «es uno de los mayores responsables de la degradación de este destino turístico, que, con el paso de los años, se ha transformado en una selva libre de cualquier civismo básico, por la permisividad constante de unos pocos empresarios sin escrúpulos, en el incumplimiento sistémico de la Ordenanza Municipal de Policía y Buen Gobierno vigente».
Cumplimiento
En este sentido, esta Agrupación de Vecinos de Magaluf exige que se cumplan los artículos 16, 66, 81 y 95 de la mencionada ordenanza municipal, puesto que, a su juicio, tal cumplimiento contribuiría en gran medida a poner coto a los desmanes en Punta Ballena.