El coste del recibo de la basura depende en gran medida del volumen de residuos que acaban incinerados. | ultimahora.es

TW
20

La Mancomunitat des Raiguer comienza a inspeccionar los residuos de sus vecinos (lo hacen por la noche y aleatoriamente) tras detectar un retroceso en el reciclaje en los municipios de Consell y Selva durante 2013. Lloseta se ha estancado. La primera advertencia es una pegatina enganchada a las bolsas de residuos no reciclables (rebuig) que contienen residuos reciclables (papel, cartón, vidrio, envases o restos orgánicos) pero el alcalde de Consell, Andreu Isern, advierte ya de que «si la situación no mejora tendremos que plantearnos poner multas».

La Mancomunitat des Raiguer presta desde 2006 el servicio de recogida selectiva de residuos puerta a puerta a nueve de los once municipios que la integran: Alaró, Binissalem, Búger, Campanet, Consell, Lloseta, Mancor, Santa Maria y Selva. Inca y Marratxí trabajan con sus propios sistemas. La evolución del reciclaje en estos nueve municipios se ha ido diferenciando a medida que han surgido nuevos sistemas incentivadores y especialmente de penalización.

Así, inmerso en una ardua polémica, Binissalem decidió en solitario en febrero de 2012 incorporar a su sistema la llamada bolsa roja, que ya funcionaba con éxito en algunos núcleos de fuera del Raiguer. El sistema consistía básicamente en la entrega gratuita (con solicitud previa) de un número determinado de bolsas rojas estandarizadas que son de uso obligatorio para sacar los residuos no reciclables. En caso de que el usuario genere más residuos no reciclables de los previstos, ha de comprar las bolsas que necesite. De este modo, no reciclar tiene un coste.

La medida tuvo una fuerte oposición vecinal e incluso provocó enfrentamientos con municipios vecinos que denunciaban el traslado de la basura de Binissalem a los contenedores fronterizos. Lo cierto es que en 2012 Binissalem redujo en un 73% la recogida de residuos no reciclables y en 2013 cerró el ejercicio con una cifra récord. Hoy recicla el 82,8% de sus residuos lo que supone un ahorro espectacular y es que el coste del tratamiento de residuos está directamente relacionado con las toneladas de basura que se incineran.