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El proyecto final de la prolongación de la autopista de Llucmajor hasta Campos recorta en casi 140.000 metros cuadrados el consumo de territorio que contemplaba la versión preliminar del mismo. Así lo apuntó ayer el conseller insular de Urbanisme i Territori, Mauricio Rovira, tras explicar que la futura infraestructura viaria suprime también uno de los dos enlaces previstos, reduce la amplitud de la mediana casi a la mitad y respeta todos los elementos patrimoniales amenazados por el trazado inicial.
Las modificaciones al proyecto que acabará con la ‘carretera de la muerte’ que conecta el final de la autopista de Llucmajor con el pueblo de Campos, surgen a raíz de las alegaciones presentadas por el Ajuntament de Campos, propietarios de las fincas rústicas afectadas, además de las aportadas por los partidos de la oposición. Pero, sobre todo, emergen a resultas del informe redactado por los técnicos del departamento de Patrimoni del Consell de Mallorca, que calificaba de «excesivos» los dos enlaces de puente y doble rotonda y advertía del serio peligro que corrían seis barraques catalogadas, el antiguo trazado de la antigua vía férrea, así como el avenc de Son Muletó y un aljibe y safareig próximos. De esta manera, el redactado final del proyecto de autopista Llucmajor–Campos borra de un plumazo el enlace de Son Sala (en el término de Campos), evitando un consumo de territorio de 62.000 metros cuadrados, y rediseña el previsto en Son Gabriela, en el municipio de Llucmajor. En cuanto a este último, el Consell desecha la modalidad de puente elevado conectado mediante dos rotondas al mismo nivel (una de entrada y otra de salida) y apuesta la construcción una sola rotonda elevada sobre el tronco de la autopista, similar a la que se está levantando en la autopista del aeropuerto para acceder a El Molinar.
Modificación
Según Rovira, se trata de una opción más costosa desde el punto de vista económico, pero que contribuye a conservar 44.000 metros cuadrados de territorio. No obstante, el conseller insular advierte también de que el coste añadido en el enlace de Son Gabriela se verá compensado con la desaparición del de Son Sala, cuya eliminación avalan los técnicos de la institución, en la medida en que no existe carretera alguna que cruce la autopista y que las vías de servicio de doble sentido y la actual rotonda a la entrada de Campos son suficientes para facilitar los cambios de dirección.
En cuanto a la mediana que separa los dos sentidos de la futura autopista, pasará de los 10 metros previstos inicialmente a solamente seis, lo que supone poner a salvo 32.000 metros cuadrados de tierra. A juicio de los técnicos del Consell, la reducción de la amplitud de la mediana garantiza la seguridad y, aunque imposibilita la opción futura de un tercer carril por sentido, sí permite la creación, a posteriori, de un carril lento, un nuevo enlace o desvío.
En cuanto al caldendario previsto para el inicio de la construcción de la nueva autovía Llucmajor–Campos, Mauricio Rovira confía que en otoño puedan licitarse las obras y durante el primer semestre de 2015 se ponga en marcha la ejecución de las mismas.