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El colegio público Ses Marjades de Sóller, situado en las antiguas edificaciones de las escuelas M. Bisbal, inauguradas en 1931, necesita obras urgentes mientras se decide si finalmente el Govern y el Ajuntament de Sóller encuentran la financiación para convertirla en la que sería la primera ecoescuela de Mallorca.

Hace unos meses, la dirección del colegio junto con algunos padres presentaron a la Conselleria d’Educació un proyecto que fue recibido con interés por el Govern, ya que en la comunidad autónoma no existe ningún centro de este tipo y Ses Marjades reúne a priori condiciones para su reconversión. Situada en un entorno natural y, este curso que finaliza con solamente 26 alumnos pero con nuevas matrículas, la vieja escuela parece haber superado los inconvenientes que a finales de la anterior legislatura la condujeron al borde del cierre.

Después de que padres y profesorado se movilizaran pidiendo su continuidad como centro de primaria, se autorizó que se mantuviera abierta aún después de que los servicios técnicos hubieran certificado graves deficiencias en las instalaciones.

Ayer, el alcalde, Carlos Simarro y el concejal de Educación, Antoni Arbona, se reunieron con el director del centro Carles Fluxà y con uno de los padres que impulsan el nuevo modelo de centro educativo, que sería pionero, y que estiman que se podría habilitar con un presupuesto de unos 200.000 euros.

Sin embargo, en la misma visita el director solicitó al Ajuntament la realización de obras de reparación, así como la habilitación de una sala comedor ya de cara al próximo curso. El edificio, muy antiguo, se encuentra deteriorado y algunos de los inmuebles que forman el conjunto actualmente no son utilizables.

El alcalde no descarta una actuación puntual de cara al próximo curso aunque el Consistorio no es proclive a realizar obras costosas hasta que no se decida, por parte -del Govern si finalmente se apoya la creación de la eco escuela.

Aunque el Ajuntament conoce el presupuesto presentado por los padres, fuentes municipales creen que tal vez lo que han calculado sea «insuficiente» debido a la antigüedad del edificio y a la normativa en materia de instalaciones.