Un grupo de chavales vende repostería casera. | Elena Ballestero

TW
0

La Fira de Buger es una de esas ferias locales nacidas para entretener y satisfacer a los propios vecinos, sin grandes pretensiones y eso le otorga cierto encanto diferencial.

Lo cierto es que ayer desde primera hora de la mañana había un buen ambiente. Vecinos y curiosos disfrutaban recorriendo los puestos de artesanía, libros y gastronomía. Curioseaban los objetos en venta, muchos de ellos, elaborados por los propios vecinos. La Fira no fue ajena, por ejemplo, a la fiebre de las pulseras de gomas, que se podían encontrar de todo estilo y color.

La oferta se completó con la muestra ganadera, más numerosa que otros años y con una exhibición de perros de la Guardia Civil adiestrados para encontrar drogas.

Hoy como marca la tradición el Jai (una de las personas de más edad del pueblo) visitará el bosque de Binissatí. Se trata de una fiesta popular recuperada por la Obra Cultural Balear en 1979 y que recuerda la llegada de los ancianos a Buger de regreso de la Fira de Sineu.