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Hubo un tiempo en que las ferias tradicionales, las que acercaban por un día a sus vecinos animales, vehículos, ropa y artesanía, atraían no solo a los lugareños sino a visitantes llegados de toda la Isla, pero esos tiempos han quedado atrás.
Hoy en días las ferias se multiplican y son las muestras monotemáticas, especialmente las gastronómicas, las que concentran un mayor número de público. Así, pese al buen tiempo, la Fira de Santa Margalida, que mantiene su oferta generalizada tradicional, tuvo ayer menos visitantes que de costumbre.

La mayor concentración de asistentes se produjo en la Plaça Major, en la que se realizaban actuaciones de bailes tradicionales y se exponían los productos más artesanos. Por lo demás la dispersión de los puestos de venta propició un ir y venir fluido de público. Los animales hicieron las delicias de las familias con niños.

Las autoridades iniciaron su recorrido oficial a las 10.00 horas. Estaba invitado el president Bauzá que envió en su lugar al conseller de Salut, Martí Sansaloni, ante la estupefacción de la regidora de Salut, Beatriz Gamundí, con las heridas abiertas por el caso Alpha Pam aún recientes.