Las 'cases' de Son Fe acogen desde hace años encuentros espirituales y convivencias de grupos escolares. | Joan M.M.

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La Congregación de Agustinas Hermanas del Amparo ha recibido una oferta de un conocido hotelero que quiere hacerse con el inmueble de Son Fe, de Alcúdia, para abrir allí un hotel rural. La madre general, Carmen Torres, confirmó ayer que la congregación ha recibido «estas y otras ofertas» pero asegura que «no entra por ahora en los planes de la congregación ceder las casas a un tercero».

«De momento no hay nada cerrado. Son muchas las personas que lo piden pero mientras podamos llevar nosotras la gestión de Son Fe lo haremos», dice Carmen Torres.

Identidad carismática

La madre general de las monjas agustinas asegura que «nosotras queremos mantenernos siempre fieles a nuestra identidad carismática» y aunque reconoce que «la vida religiosa se cuestiona actualmente sus estructuras, entre otros motivos por la reducción notoria de miembros, vender o ceder la gestión de las cases de Son Fe a un tercero no entra por ahora en nuestros planes».

«Es cierto que se hacen replanteamientos, por ejemplo, el convenio que se ha hecho con el Obispado para tener la pastoral penitenciaria en Son Sardina, pero por el momento Son Fe seguirá sirviendo para convivencias y retiros, porque nuestros asesores nos dicen que podemos continuar por este camino», dice Carmen Torres.

Las casas espirituales de Son Fe, situadas en el término municipal de Alcúdia, son un lugar tradicional de retiro que acoge desde hace años jornadas de espiritualidad y convivencias de escolares procedentes de los colegios de la congregación, entre otros Santa Mónica (Palma), Nuestra Señora de la Consolación (Alcúdia, Alaró, Santa Margalida y Palma) y Ramon Llull (Andratx).

Esta actividad escolar y espiritual se mantiene hoy tan viva como antes. De hecho, hace sólo dos semanas hubo un grupo en las instalaciones y las agustinas tienen programadas unas nuevas jornadas para el próximo 6 de abril.

La possessió de Son Fe está situada en el kilómetro 46 de la carretera de Inca a Alcúdia, en este último término municipal. En 1935 las monjas construyeron en una parte de la antigua possessió de Son Fe un convento que ha sido desde entonces un lugar para la meditación religiosa.

En sus orígenes, las minas de Son Fe aún estaban activas y las hijas de los mineros iban a escuela en esta finca. Desde la década de los 80 y hasta la actualidad las casas acogen encuentros religiosos, culturales y de tiempo libre.