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Cerca de 500 personas dieron ayer en Sineu un cálido y emotivo recibimiento a las padrines que durante las dos últimas semanas han recorrido media Mallorca en carro en su 'Peregrinaje de libertad y amor', una marcha nacida con la voluntad de «sensibilizar a la gente del pueblo desde el pueblo» en defensa de los docentes pero también respeto al «desmoronamiento» de un modelo social y de país por el que luchó esta generación en los años 70 y 80.

Conocido también como 'Camí de ses padrines', el 'Peregrinaje de libertad y amor' comenzó el 22 de noviembre en la Colònia de Sant Pere. A parte de Xisca Tous, exmaestra e impulsora de la iniciativa, otras doce padrines se han sumado a la marcha, que ha pasado por Artà, Capdepera, Son Servera, Sant Llorenç, Manacor, Felanitx, Porreres, Montuïri, Algaida, Sencelles, Binissalem, sa Pobla, Santa Margalida, Petra y Sant Joan.

Sineu puso ayer punto y final a la marcha. Cerca de 500 personas salieron a recibir a los peregrinos en el Pou Llevoner, en el cruce de Sant Joan. Acompañados por los xeremiers , la comitiva marchó hasta la plaza del Fossar, donde los peregrinos fueron recibidos con aplausos por parte de la gente que se había reunido allí para esperarles pero también por parte de personas que se encontraban en la plaza por azar, como un grupo de gente que preparaba la Fira de Matances.

Manifiesto

Tras bajar el carro y abrazar a familiares y amigos, Tous pronunció de nuevo el manifiesto que se ha leído en cada pueblo. «Lo que construimos por nuestros hijos se está desmoronando», avisó en referencia los cambios estructurales que el actual Govern -pero sin mencionar al Ejecutivo- ha impulsado en ámbitos como la lengua o la educación y que tanto rechazo han generado en una parte considerable de la sociedad. El manifiesto no se limitaba a protestar, no señalaba a nadie como culpable. «Nosotros somos los responsables». «Si queremos cambiar el mundo debemos cambiar nosotros», defendió la exmaestra.

Otras actividades y una comida final organizadas por la apima del colegio Rodamilans de Sineu y otras entidades del peublo pusieron fin al recibimiento.