El alcalde de Llucmajor (centro) presidió el pleno. | Teresa Ayuga

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El Ajuntament de Llucmajor cifra en unos 2,2 millones de euros el montante del tercer plan de pago a proveedores aprobado por el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas. Así lo reconoció ayer el alcalde Joan Jaume Mulet (PP) durante el pleno municipal en el que se dio luz verde a la suscripción de la operación de crédito prevista para el pago de obligaciones pendientes.

Según el propio alcalde, el 70 por ciento de este montante se destinará a pagar las facturas pendientes con Tirme y Emaya en concepto de incineración de residuos y servicio de limpieza, después de que los anteriores planes de pago a proveedores aprobados por el ministerio de Cristóbal Montoro sirvieran, mayormente, para saldar deudas con autónomos y pequeñas y medianas empresas.

Si bien el voto de los grupos de la oposición tuvo el signo de la abstención, PSOE y PI no dejaron escapar la ocasión de criticar la gestión económica del equipo de gobierno. El portavoz socialista Joan Jaume Sastre denunció que estos 2,2 millones incrementan la deuda «monstruosa» del Consistorio y «no ayudan a reducir la presión fiscal». Desde el PI, Bernardí Vives subrayó que «cada vez se debe más dinero», al tiempo que cuestionó la capacidad del Ajuntament de devolver el préstamo y sus intereses. Un extremo que el alcalde desmintió asegurando que el Consistorio que preside «tiene capacidad de devolver deuda e intereses». Asimismo, Jaume Mulet añadió que, gracias a la actual gestión de control y austeridad en el gasto, la deuda municipal «quedará finiquitada en 2021. Entonces ya no deberá nada», advirtió el alcalde.