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Aunque les separan 10.000 kilómetros, sa Pobla y Japón tienen en común más cosas de lo que a prioiri podría parecer. Lo recordó ayer el concejal de Cultura y Turismo de sa Pobla, Joan Enric Capellà, en la recepción que el Ajuntament ofreció al cónsul general de Japón en España, Takashi Fuchigami, un acto que debe entenderse como «un preludio del nuevo plan de desarrollo turístico y cultural en el que ha comenzado a trabajar» el Ajuntament pobler , en palabras de Capellà.

Como recordaba el regidor responsable de Turismo, pues, japoneses y poblers comparten el gusto gastronómico por el arroz y por las anguilas, dos ingredientes destacados de ambas cocinas que en el caso de la localidad mallorquina están estrechamente relacionados con su proximidad a s'Albufera. Esto, y otras iniciativas como facilitar a los japoneses que lo deseen un espacio donde plantar su cerezo particular (un árbol sagrado en la cultura nipona) podría atraer a sa Pobla turistas del país asiático.

Biel Serra, el alcalde, enmarcó la iniciativa en un próximo plan municipal de turismo que permitirá a sa Pobla «aprovecharse del turismo que visita Mallorca». En este sentido, Serra hizo un llamamiento a la oposición para que se implique en ello y el Ajuntament logre sacar el plan adelante. Fuchigami, por su parte, expresó su agradecimiento y se comprometió a «estrechar lazos culturales» con sa Pobla.

Un cerezo en Can Planes

La recepción del cónsul tuvo lugar en el museo de Can Planes. Al acabar los parlamentos, el alcalde Serra hizo entrega de una escultura de un dimoni al diplomático nipón, señal de hospitalidad.

Luego plantaron dos cerezos en el jardín de Can Planes y después debían visitar s'Albufera. La visita finalizó con un almuerzo en la sede de la fundación ACA.