A la mañana siguiente la calle estaba llena de restos de la fiesta.

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La noche previa a la feria de Muro del pasado domingo volvió a convertirse en un dolor de cabeza para los vecinos de la zona de ocio de Muro, que ven como año tras año pese a sus denuncias ante el Ajuntament e incluso el Defensor del Pueblo asisten impotentes a los excesos que realizan los jóvenes y a la música de un local de ocio de la zona que «no cumple las condiciones de insonorización reglamentarias, ni las medidas de seguridad adecuadas ni incluso las normativas de entrada para menores de 16 años», así lo han expresado los vecinos de la calle, que el pasado sábado aguantaron «la fiesta» entre las once de la noche y las seis de la madrugada, sin poder contar con la intervención ni de la Policía Local de Muro ni de la Guardia Civil «pese a las reiteradas llamadas a estos servicios y al 112».

«Queremos que se ponga solución al 'botellón' de los fines de semana, llevamos años con esta situación».