TW
0

Han pasado treinta años desde que naciera la Fira Artesana de Pollença, la apuesta temática de la feria de otoño cuya fama cuajó rápidamente en la Isla atrayendo hasta la localidad a miles de visitantes. Los tiempos han cambiado, las ferias temáticas se han extendido y la gastronomía gana terreno a la artesanía que se había quedado ciertamente estancada en las muestras feriales. Lejos de conformarse el Ajuntament de Pollença empaquetó en 2012 su Fira Artesana y anunció el resurgimiento de cara a 2013 cargada de nuevas ideas.

Diseño, innovación y artesanía, esa es la base sobre la que se fragua la nueva muestra local que este fin de semana ha despertado muy buenas críticas en Pollença. Los artesanos, la mayoría de ellos jóvenes talentos, han puesto su destreza al servicio de los grandes diseñadores creando piezas únicas, expuestas desde el viernes y hasta ayer tarde en la iglesia del Claustre de Sant Domingo.

El programa de la Fira incluía novedades como el desfile de diseños del sábado por la tarde. Ver, tocar, pero no comprar, esa era la clave. En el interior de la iglesia las piezas expuestas no estaban en la venta. La venta de artesanía se restringía a los puestos situados bajo los arcos del claustro.

Por lo demás la feria de Pollença siguió el formato de otros años con exhibiciones de bomberos, exposición de motos, vehículos... Los comerciantes del pueblo sumaron esfuerzos para montar un stand en la Plaça y sortear una gran cesta de productos con sello local. Fue un éxito de público.