Al fondo, retablo de la Inmaculada Concepción (s. XVI), obra de Mateu López e hijo. | Antoni Pol

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El valioso patrimonio artístico inquer se pone al alcance de los ciudadanos. El último jueves de cada mes, el monasterio de Sant Bartomeu de Inca abre de 10 a 12 de la mañana cuatro salas en las que se expone una selección de pinturas, cerámicas y esculturas medievales y barrocas de notable valor artístico. Se trata de obras la mayor parte de las cuales, hasta la fecha, no se exhibían.

Su divulgación ha sido posible gracias a las monjas jerónimas (sus propietarias), en primer lugar, y a un grupo de personas que se hará cargo de vigilar las salas en horario de apertura y asesorar a los visitantes. Quedan únicamente 6 monjas de clausura en el monasterio y ellas no pueden responsabilizarse de esa tarea.

Del gótico al barroco

La muestra está compuesta por unas pinturas góticas de Pere Terrenys hechas en la segunda mitad del siglo XV, por el antiguo retablo de la iglesia del monasterio, obra de Mateu López y su hijo (del siglo XVI), por una igualmente notable colección de pintura barroca, y por varias cerámicas y esculturas. Las esculturas son quizás lo menos valioso (desde el punto de vista artístico), explicó un experto en historia del arte a este rotativo. Asimismo, cabe destacar el valor de los retablos barrocos de la actual iglesia.

Media docena de regidores del Ajuntament visitaron ayer el monasterio aprovechando que era el último jueves de mes. Las monjas no salieron a recibirles. Es más, la superiora, desde la otra parte del torno, recordó a una edil que el monasterio era un lugar para el recogimiento.

Al terminar la visita, la segunda teniente de alcalde, Rosa M. Tarragó, alabó que las jerónimas accedieran a exponer el arte que custodian desde el siglo XV y a los voluntarios su tarea divulgativa.