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El Golf Aucanada ha solicitado formalmente a la Conselleria d’Agricultura, Medi Ambient i Territori del Govern de les Illes Balears utilizar agua procedente de la desaladora de Alcúdia para el riego de sus instalaciones, con un aprovechamiento máximo anual de 189.800 metros cúbicos.


El Ejecutivo de José Ramón Bauzá introdujo un cambio normativo con la llamada ‘ley Company’ para permitir la venta de agua potable para riego, venta que había sido prohibida taxativamente en 2008 cuando gobernaba el Pacte de Progrés. El nuevo Plan Hidrológico establece que los campos de golf pueden regarse tanto con agua depurada como desalada.

El Govern de Bauzá justificó el cambio en la «necesidad» de dar una salida a las desaladoras de Alcúdia y Andratx inauguradas en 2010 y que apenas tienen uso.

La planta desaladora de Andratx está parada y la de Alcúdia solo funciona unos meses al año para suministrar agua al Ajuntament de Pollença. La amortización de ambas instalaciones, proyectadas en la época en que Jaume Matas era ministro de Medio Ambiente, tiene un coste mensual para la comunidad autónoma de 500.000 euros.

Aunque Alcúdia dispone de una completa red de aprovechamiento del agua depurada, no solo para el riego de jardines o instalaciones deportivas, sino también para el uso en toda la planta hotelera, esta red de abastecimiento de agua depurada no ha llegado a entrar en funcionamiento debido a que el líquido excede los niveles de sal permitidos por ley, por lo que el Ajuntament no solo no puede venderla sino que no puede siquiera regalarla.