Durante el recorrido de The Rural Running, los participantes tienen que superar todo tipo de pruebas y lo hacen ataviados con los disfraces más divertidos. | Efe

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Lloseta acogió ayer, en el marco de sus fiestas patronales, la cuarta edición de The Rural Running, una carrera de obstáculos «para locos» en la que todo es posible.

Un millar de personas participó en el evento que desde su inicio en 2010 ha ido ganando adeptos. The Rural Running es una carrera de obstáculos en la que no se premia al más rápido sino al equipo más original, al más divertido, al de mayor edad, al que mejor trabaja como equipo... Existen dos categorías, una juvenil en la que los niños van acompañados de sus padres y una segunda por equipos para mayores de 13 años.

La distancia de la prueba es de 5 kilómetros para los pequeños y 7 para los mayores, todos ellos plagados de obstáculos de todo tipo, desde contenedores de obra hasta grandes charcas de barro con baño obligado en la alberca del Teatre municipal.

Por si los obstáculos (todos ellos aprovechan elementos reciclados puesto que la carrera se presenta como ambientalmente sostenible) no bastaran para dar teatralidad a la prueba, los corredores se disfrazan para la ocasión. Superhéroes, médicos, policías, villanos, todo vale en esta carretera de locos que se ha convertido en uno de los actos más participativos de las fiestas patronales de Lloseta.

La fiesta acaba con una comida multitudinaria a la que cada comensal acude equipado con sus propios platos y cubiertos. En esta cuarta edición de la carrera participaron un millar de personas, quinientos en cada una de las dos categorías.