Los trece niños y niñas que ayer formalizaron su ingreso en el coro de la Escolania, en el altar. | Antoni Pol

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Aunque por un margen escaso, las niñas ya son mayoría en el coro de la Escolania de Lluc. Hay más chicas blauets (o blauetes) que chicos, y parece que esa tendencia se consolidará en los años sucesivos.

La basílica del santuario acogió ayer la ceremonia de vestición de los nuevos blauets, el acto que representa la renovación de los miembros del coro, su relevo y su continuidad. En la ceremonia, las madres de los chavales que ingresan imponen a sus hijos la sotana azul (que da nombre a los blauets) y el ruquet blanco (que visten encima de la sotana). Asimismo, los mayores, los que han finalizado sus estudios y que por edad dejan la Escolania, los que ayer se convirtieron en exblauets, son obsequiados con una medalla que da fe de su estancia en el santuario. Se trata de una liturgia bien preparada, entrañable, y como suele ocurrir, a algunos se les escapó ayer alguna lágrima.

El ingreso de nuevos chavales en la coral de los blauets no debe confundirse con las nuevas matriculaciones en el colegio de la Escolania. La ceremonia de vestición, lo que ayer se celebró, representa lo primero. Al matricularse en el colegio, los niños no ingresan directamente en el coro, sino que se forman musicalmente durante un año y luego entran.

Ayer, concretamente, se oficializó la entrada de 8 niños y 5 niñas en el coro y la salida de 6 chicos y 2 chicas. Entraron 13 y 8 se fueron: se ganaron, pues, 5 voces. A partir del próximo curso, habrá 16 blauetes y 14 blauets, según detalló Joan Comes, coordinador de la Escolania. Por otra lado, quince jóvenes más, la mayoría de los cuales son niñas, aprenderán música el próximo año para luego entrar en el coro. Ello explica que la previsión indique que ellas seguirán ganando presencia.