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«La mejor fórmula para sobrevivir al calor es quedarse en casa, apagar las luces y poner el ventilador», decía ayer un vecino de sa Pobla, localidad que, junto a Muro, el martes registró una temperatura máxima superior a los 38 grados, convirtiéndose en los puntos más calurosos de la Isla.

Efectivamente, ayer al mediodía las calles de sa Pobla y Muro estaban casi desiertas: algún comerciante cerrando su negocio y alguno regresando a casa para a comer, pero poco más. Las terrazas y cafeterías estaban literalmente vacías.

«En esa época la gente sale hasta mediodía. Hace la compra, va a la farmacia o hace lo que sea pero sobre las doce, cuando el calor entra fuerte, se mete en casa», comentaba una vecina asomada en el portal de su casa. «De todas formas, muchos poblers veranean en el Port d'Alcúdia o Can Picafort, sobre todo los más jóvenes, aquí hay poca gente», precisó la vecina.

«Mi hija dice que tengo que beber mucha agua», decía otra poblera que regresaba en bicicleta a su casa. «Prepararé la comida y probablemente no saldré hasta las siete de la tarde. A esa hora me voy a casa de una vecina y solemos tomar un poco el fresco», relataba.

Está previsto que la ola de calor arrecie hoy notablemente y que las temperaturas experimenten un descenso. Sin embargo, el fin de semana volverán a subir.